Categoría: BITÁCORA DE UN YO

  • «Insertar título», un texto a la deriva

    «Insertar título», un texto a la deriva

    Solía levantarme un cuarto para las cuatro o un poco antes, día a día, sin que saliera el sol. Prepararme por si tengo un rol que cumplir. Ir al baño antes que la gata, pues ahí estaba su arenero y yo era una intrusa. Tratar de ser silenciosa, no quiero despertar a nadie. Organizar conversaciones en mi mente, no quería decir nada mal por error. Pruebas, preguntas sorpresa. Caminatas bajo el sol del mediodía y también entre el granizo. Buscar trabajo de puerta en puerta, enviar curriculum desde el celular mientras voy en el tren. Adaptarme a una realidad impuesta que nadie me preguntó si quería vivir.

    Como una emisora de radio de malas noticias, podía escuchar en el cuarto de al lado un debate sobre que tan infructuosa solía ser. Cocinar, aspirar, raspar la ventana, documentos por entregar, expectativas ajenas. Eran 100$ en mi bolsillo, unos pies heridos y mucho entusiasmo por lo que depararía el destino. Con una sonrisa en el rostro, lista para conquistar el mundo.

    Ahora me levanto a las nueve, en ocasiones a las diez. Algunas veces, porque no concilio el sueño. Otras, porque la almohada nos incita a dormir. Encapsulada en el paradigma de una rutina construida sin saber siquiera en qué cimientos. Me miro en el espejo, no me reconozco. Veo mi rostro, sé que soy yo. No hay nada mal en mí, pero algo no me cuadra. Ya ha pasado un año. Estamos lejos de aquel entonces, pero parece que la realidad nos persigue. Seguimos buscando trabajo, ahora en nuevas fronteras. En la cartera tenemos 10$ restantes. Exámenes médicos, deudas, personas decepcionadas. Parece como si el reloj se fuese detenido, aún nos sentimos en el sofá, masajeándonos los pies adoloridos. La mente está en blanco. Ninguna información entra, ninguna información sale. Todos tienen una opinión. Saben quién soy, qué debo hacer, cómo debo vivir. Todos saben, sin terceras intenciones.

    Pero… ¿dónde está la mía?

    Me obligo a reaccionar, intentarlo, encontrar respuesta mientras nado para llegar a la isla más cercana. No importa si es a la deriva. No todo es malo. En la adversidad, se descubre si se está bendecida. Tengo amigos que me apoyan, aún a la distancia. Una madre y una hermana, que me aman más que nada. Mi pareja está a mi lado. Una familia que yo elijo, más allá que lo que las venas deparan. Temo fallar. Veo como poco a poco, los cimientos pueden derrumbarse, no puedo evitarlo. Trato de ser fuerte. Ladrillo por ladrillo les amontono, un jenga inverso.

    Mi positivismo me hace de escudo, flotador y soporte. Hay ataques de odio por todos lados, atracones de incertidumbre. Mensajes, llamadas, imágenes. Mi espacio de paz se encuentra invadido. Respiro y trato de entender, comprender qué puedo haber hecho para merecer ahora este nuevo reto, justo en momentos donde la cordura tiende de un hilo entre la paciencia y la constancia. Hakuna Matata, me repito. Respira. Cálmate. Llega ese punto profundo donde incluso las palabras se ahogan y manifiestan en dolencias. Todo lo zen, el trabajo construido en una vida de esfuerzos y autocontrol, se esfuman. Tengo que hacer algo al respecto, no puedo seguir así. Quienes están a mi alrededor comienzan a notar el desequilibrio. Va en creces, casi se torna intolerable e irreconocible para mí misma. Necesito avanzar…

    Solo porque sí, me compré una faldita de liquidación a 500 pesos (un dolar y unos centavos) para usar en casa, me he sentido desanimada, sin comprarme cosas para mí por meses y casi ni arreglarme. Incluso el enjuague bucal parece un lujo. Solo estudiar, buscar trabajo, cocinar la comida y volver al ciclo, a veces discusiones, a veces charlas genéricas, una y otra vez. A veces comemos afuera, mismas conversaciones de siempre. Es culpa mía, me pone nerviosa cualquier movimiento en falso. Suelo ver un episodio mientras cocino o quizás una Ted Talk. Ya casi no suelo recordarme de meditar y hacer lyoga o los mantras, tampoco de jugar. Quería sentirme bonita en mi día a día, comprarme algo por mi misma, daba igual que fuese algo económico y simple, o que la tela no sea de la mejor calidad cuando le hicieron juicio, a mi me gustó y me hace feliz.

    Parece una tontería, decisiones sin sentido. Salir a caminar para recorrer la plaza, a horas improvistas. Bañarse tres veces más de la costumbre, no cambiarse el pijama en todo el día. Quizás repetir un libro, colgarnos de cabeza. Cuido de una pequeña cebolla de verdeo en la cocina, vive en un vaso de plástico. Tengo desenrollada en el suelo la alfombra de ejercicios, para cualquier impulso de hacer un par de ejercicios de pilates como en los viejos tiempos. Me disgustan los sabores amargos, pero estoy aprendiendo a tomar mate de vez en cuando. Tengo mis recaídas. Pero me recuerdo que volver a ser yo misma es una prioridad. A veces simplemente me siento cansada, quisiera hacer nada… Pero sé en mi interior, que la vida vale la pena.

  • SOBREVIVIENDO A UN ESGUINCE EN CASA

    SOBREVIVIENDO A UN ESGUINCE EN CASA

    Y aquí estamos.

    Quisiera decir que debido a una épica historia de esas que podría crear en mis mentes para darle sazón y razón a todo el asunto.

    Sinceramente, el cómo detrás de todo el incidente es tan absurdo que ni yo estoy muy segura de comprender cómo ha ocurrido.

    Quizás podría darle un enfoque espiritual y decir las muchas razones por las cuales el astral, junto a lo energético influyeron en este resultado debido a mi despiste honrable a lo invisible.

    O tal vez, simplemente podría dejarlo en lo que humanamente puede verse y hacerse un simple día a día que me aligere esta semana que seguramente será toda una travesía escasa de aventuras, creo.

    Bueno, pero eso ya lo iremos viendo.

    Comencemos con esta particular experiencia que no vivía desde hace un par de años ya, un tanto repleto de frustración para mi en algunos momentos, por los límites que me impone de forma drástica.

    Día #1

    No bailes con un solo pie. No se trata de que harás el ridículo, quizás inventes un nuevo baile pero tendrás una alerta desesperante de reposo absoluto.

    Lado bueno: Quizás inventes el nuevo baile de moda :3

    Día #2

    Siento que soy una versión sensualosa de Frankestein cuando camino con este vendaje

    Oh sí, mira cuanto estilo hehehe

    Posdata. Se feliz

    Día #3

    Misión ir al baño a orinar a las 3 de la mañana sin despertar a tu hermana y tus dos perros que te hacen compañía logradas con éxito.

    Ha sido toda una travesía.

    No se necesita decir más… ¡Pero quiero!

    Eran las 3:25 de la mañana y ahí estaba yo, luego de 1 vaso de limonada, 4 tazas de té y una jarra de agua recién servida del botellón de la cocina cuando… Tuve esa sensación.

    Esa que todos sabemos que significa. AUXILIO QUE QUIERO HACER PIS

    Estoy segura de que los peluches de mi habitación pudieron escuchar mis silenciosos gritos al ver mi vendaje del pie y la muy lejana puerta del baño.

    Nunca se había sentido tan lejos. Era todo un recorrido.

    Primero había que bajarse de la cama y luego ahí estaba. El mueble chillón.

    Creía que podría superar el primer tramo con éxito.

    Me acerqué por la pared y de pronto, ¡un paso en falso seguido del chirrido!

    Than-oss se dio la vuelta y siguió durmiendo boca arriba. Por poco no lo lograba.

    Pero aquí no termina.

    Habían varios periquetes en el piso con apariencia de afilados objetos cortantes escondidos bajo el camuflaje de juguetes desordenados de mi hermana.

    Dí un brinco y caí en el borde.

    Tuve que deslizarme poco a poco hasta llegar a la puerta, pero ahí no acaba la aventura.

    El último obstáculo, el más difícil de todos. El escalón del baño.

    Tomamos todas las fuerzas posibles y usando el brazo cual polea nos dimos el impulso.

    Por poco creía que no lo lograría.

    A la primera fallé, volví a intentarlo.

    GinGin se estaba despertando, me encontraba a contrareloj.

    Respiré, junte todas mis fuerzas y salté a ciegas. Cuando abrí los ojos, lo había logrado.

    ¡Hip Hip Hurra!

    Día #4

    Recuerda. Vendaje no es yeso.

    No te bañes con el ni le uses al dormir muy apretado.

    No le escribas con un marcador. Si tu mamá lo lava, perderá el elástico y la tragedia.

    No dejes que tu perro te vea desenrollar, creerá que es un juguete cómo los cordones de zapato.

    ¡Es una alerta máxima de baba y movidas!

    Día #5

    Los perros no son la única mascota de la que debes preocuparte.

    Si tienes un gato, lo peor no será que quiera usar tu pie de almohada con sus kilitos de más.

    No…

    ¡Lo peor es cuando cree que el vendaje es para afilar sus uñas y tanta ternura no te deja decirles que no!

    Recuerda, si no lo haces de inmediato, le tendrás ahí TODO el día, la semana, el mes…

    Día #6

    Les traigo una buena y una mala noticia.

    La primera buena, ya estamos mucho mejor. En general, puedo caminar apoyando suave el pie y medio chuequilde son vendaje ni soporte alguno.

    Lo malo, ya mi gatito no quiere afilarse y prefirió dormir en la chancla del otro lado del cuarto.

    Extraño su ternura.

    Día #7

    Ya estamos mejor, no necesitamos vendajes y podemos pisar sin problema.

    Aún está un tanto débil y genera incomodidad, pero no es nada de otro mundo. Incluso hasta podrías encontrarle un disfrute al proceso hasta que se termine de regenerar

    Lo hemos logrado.

    Prueba perfecta a mi yo que escribe esto, de que todo lo que en el momento parece largo y pesado, si le intentas ver desde una perspectiva diferente puedes encontrarle un enfoque positivo.

    No te rindas, no hay mal que por bien no venga, ni del cual no se aprenda.

    A veces, el universo nos envía estas «pintorescas» y tortuosas experiencias, para aprender a reírnos de las tragedias y tener aquello que de otra forma quizás jamás nos atreveríamos, cómo un merecido descanso o un tiempo para la mente más que lo tangible.

  • UNA DÉCADA CON UNA PALETA QUE JAMÁS LLEGUÉ A USAR

    UNA DÉCADA CON UNA PALETA QUE JAMÁS LLEGUÉ A USAR

    Les cuento que esta paleta tiene casi 10 años conmigo y jamás la he usado…

    Mi familia, principalmente tía M y mi mamá, me solían regalar muchas cositas de estas femeninas para maquillarse desde que tengo memoria y ahí siguen acumuladas

    😹

    Me parecía que sus estuches son super bonitos y esponjositos, repletos de detalles y color, por lo que les guardaba «para cuando llegara el momento indicado».

    A parte, siempre me pareció más crucial el tiempo en otras cosas y como me suelo cuidar la piel y ser de buen comer, no sentí necesidad de usarles a diario.

    Normalmente, cuando estaba entre chicas (tampoco pasaba muchísimo) no sabía mucho de las técnicas que hablaban y si admito que me parece un arte, pues esa es la palabra, las bellezas que muchos artistas pueden llegar a hacer en un rostro o incluso aterradoradoramente emocionante, ¡el como pueden pasar a ser otra persona!

    Suelo mirar y ponerme a preguntar que rasgos faciales estarán debajo de esas espectaculares creaciones que suelen aparecerme en las redes cuando de maquillaje se trata, casi parece magia

    🙈

    En fin, toda la historia va en que a parte de labiales (que si me fascinan y uso mucho) o la famosa bb cream que no uso seguido pero si conozco, no se de esta área, especialmente en tema de maquillaje de ojos, como sombras y correctores de ojeras (cosa que de verdad quiero aprender pues soy un panda mapache con ojeras de fantasma).

    Con la cuenta de youtube, empecé como a querer mejorar a veces la apariencia para que el rostro no brille tanto con la lámpara y demás, por lo que volví a abrir las cajas repletas de cosméticos, para llevarme la sorpresa de que muchos estaban vencidos o secos (caso de rimel y otras cosas que no se que son)…

    🤔

    No les tiré a la basura, pues quien quita se arreglan (se aceptan consejos e ideas)

    Ya se que dirán.. ¿Cómo no se te ocurrió que se vencen?

    Es que se los juro personitas, ni pasó por mi mente.

    ¡Lo más loco del asunto es que no fueron solo los cosméticos!

    Estas brochitas para colocar las sombras (si me pudieran decir el nombre por favor) literalmente se hicieron polvo._. Así cual momia al aire libre, simplemente puff y ya… Y eran «nuevas», porque tenían una vida pero no de uso

    🙈

    ¡Les dejo el vídeo para que vean que lindura de diseño tiene!

    Interior de Paleta / @misari_gami
  • Recuerdos en el Libro de la Vida

    Recuerdos en el Libro de la Vida

    Aun recuerdo cuando hice aquella publicación. La primera de muchas en mi Blog ArimellyGirl, ahora sepultado.

    ¡Estaba tan entusiasmada! Me encontraba de camino al comienzo de la verdadera vida, nuestra vida. Así escribí en Teen Diary, ¿recuerdan?

    Actualmente pienso en ello y mis ojos lloran.

    Ya no lloran por mas nada. Pero pienso en eso y aunque trate de evitarlo, no puedo.

    «En un sentido muy real, puede decirse que el estado de mundo depende de los pensamientos y de tu conducta. El mundo externo solamente se pondrá en orden cuando el mundo interior lo haya hecho»

    I Ching

    El tiempo corre y chronos apremia. El reloj de la vida no se detendrá así sostengamos las manecillas con los dedos.

    No existe vuelta atrás aunque giremos las horas en contrario. Lo que uno hace ya esta hecho. No desaparece.

    Queda marcado con tinta indeleble en el libro de las almas, en la historia de nuestra vida.

    Nadie arrancara la página. No hay forma de borrar la tinta ni de volver a cuando no ha sido escrito.

    Pero es un libro de hojas limitadas y solo unos pocos se benefician del premio de un libro nuevo.

    No podemos permitirnos que rellenen nuestras hojas solo con tachones, con frases repetidas y vacías, con una vida hecha de nada y sin todo.

    ¿Por qué entonces si las manecillas no pueden volver, nos permiten revivir lo ya vivido? ¿Porqué nos permiten recordar?

    Hubo muchas veces en las que yo pensé que eso era una ofrenda que nos daban, un regalo en el aprendizaje. Ahora hay veces en las que opino que es una tortura, un castigo. 

    Sea lo que sea, solo hay algo que sé.

    No permitiré broten más lágrimas que manchan las mejillas.