Escuchar una canción. Cerrar los ojos. Sentir.
Sí, sentir…
El como cada palabra pronunciada expresa lo que en mi corazón se ahoga, lo que se escapa en un lamento disfrazado de sonrisa al pensar.
Sí, pensar…
En todo lo que eras, lo que vivimos, lo que añoramos lo que dijimos y así mentir.
Sí, mentir…
Mentirle al corazón para permanecer, aún sin saber.
Sí, saber…
Saber si hemos perdido o hemos ganado.
Te afirmo que te quiero, me confirmas que me quieres.
Diciendo y viviendo con una hipócrita certeza la supuesta mayor de las alegrías, olvidando lo que puede llegar a ser.
Sí, ser…
Ese final rotundo, quebrado y despiadado. Ese algo que arrebata lo que alguna vez lo fue todo. Y a duras penas salvamos el hecho, reconociendo lo que es mejor evitar.
Percibimos la gracia de la cautela, perdura la amistad.
Se muta aquello que en las palabras al alba luego de noches sin dormir nos habríamos dicho, nos habríamos jurado en vano.
Pasarán las horas para así olvidar.
Sí, olvidar….
Sonriendo como dos tontuelos que resguardan un secreto sagrado que no fue, el cual ni siquiera nosotros mismos recordamos.
Deja una respuesta