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  • Un mayor nivel espiritual en el Politeísta según Druidismo Celta

    Un mayor nivel espiritual en el Politeísta según Druidismo Celta

    En el mundo en que vivimos existen multitud de teorías que, si bien se les desconoce un origen cierto, han acabado por hacer fortuna enraizadas en el pensamiento colectivo de la humanidad y siendo elevadas a una verdad irreversible. 

    Uno de los más conocidos de estos perversos axiomas establece que la evolución del pensamiento religioso es consecuente al grado de evolución o progreso cultural de la sociedad, entendiéndose este por los progresos o avances conseguidos en materias de bienestar, riqueza y sabiduría crítica o progreso racional (denominada comúnmente como inteligencia).

    Dicha evolución religiosa se iniciaría en el animismo (llamado estadio primitivo según estos axiomas), para ir evolucionando hacia el politeísmo, de ahí pasar al monoteísmo y acabar en el ateísmo.

    Esta idea tan incrustada en la mayoría de las personas es TOTALMENTE falsa.

    El politeísmo NO es propio de un estado primitivo del sentimiento religioso, ¡es el nivel mas evolucionado de todos estos! y ya es tiempo de daros cuenta.

    De una vez por todas, se deberían desprender las vendas impuestas interesadamente por dichos axiomas, para ver sin prejuicios y con respeto este sentimiento religioso, que impregna la Espiritualidad, como es en el caso del druidismo, la espiritualidad celta.

    Quisiera acotar, no estoy diciendo que el politeísmo es ser o más espiritual, más o menos sabio ni mucho menos, más o menos sabio.

    Todas las personas tienen el derecho a creer en lo que quieran, sin juzgar ni afectar a terceros. Se debe considerar las distintas facetas evolutivas de cada quien, a dependencia de lo que deba y quiera aprender en su vida (y en las venideras también) las cuales puede lograr, si así lo decide, con o sin el uso de la espiritualidad, a independencia de casos excluyentes.

    Entonces, se entiende por politeísmo a la doctrina religiosa cuyos seguidores creen en la existencia de múltiples dioses o divinidades organizadas en una jerarquía o panteón.

    No se refiere a una diferencia de nomenclatura, sino que se trata de diversos Dioses con características individuales claramente identificables.

    En el politeísmo, cada deidad puede ser honrada e invocada de manera individual o grupal, dependiendo de los aspectos que se le atribuyan. Similar a la adoración de la ciencia o en el monoteísmo.

    Una variante de politeísmo es el henoteísmo, donde una deidad ocupa un lugar de preeminencia y veneración por encima de las demás, pero este no es el caso de la Tradición Druídica ni de la mayoría de Tradiciones.

    Es innegable que después de milenios de monoteísmo, no siempre se comprenda o acceda correctamente a las múltiples Deidades. Es frecuente pensar que la única diferencia entre monoteísmo y politeísmo es el número de Deidades y que las formas de acceder a ellas, sus prerrogativas o poderes de intercesión son idénticos a como se comporta el Dios Único.

    Esto no es así.

    En el Monoteísmo, el Dios es Omnipotente y Omnisciente, nada se mueve a su alrededor sin su consentimiento, todo pasa porque el quiere que pase (en la mayoría de credos de este tipo de orden, no todos).

    De aquí se origina la famosa paradoja religiosa. ¿Si Dios es Todo Bondad y Todopoderoso porque permite la maldad en el mundo?, o bien, ¿Por qué permite esta injusticia?, ¿Por qué no me ayuda si soy bueno? y así hasta el infinito.

    Pasar del Monoteísmo al Politeísmo es signo de maduración como ser humano. No por la idealización del número de Deidades, factor indiferente.

    Sino que, pasamos de ser hijos menores de edad de un Padre Todopoderoso que hace todo lo que quiere por nuestro bien pero sin intervención humana a ser los dueños y RESPONSABLES de nuestras decisiones. Similar al famoso Libre Albedrío que se supone algunos de estos credos favorecen, contradiciendo su propia estructura.

    En el Politeísmo, tomamos las riendas de nuestra Vida porque las Deidades no son Omnipotentes.

    Ellas nos ayudan, nos aconsejan e incluso podríamos decir que nos condicionan (en mínimos casos posibles), pues sus diferentes dones (iluminación, protección, ayuda, fuerza, poder, etcétera) tienen como finalidad reforzarnos ante la lucha de la Vida pero no la de luchar por nosotros.

    Es por ello que aconsejamos a los creyentes, cuando facilitamos el Panteón de nuestra Tradición, que cuando ofrezcan a las Deidades para honrarlas o para buscar su mediación y apoyo, deberán recordar que no está en su mano Omnipotente la concesión de lo pedido y que la no consecución de resultados no es por su caprichosa voluntad.

    Puede que nosotros no hayamos sabido aprovechar sus dones y hemos combatido mal en nuestra batalla o puede que las Deidades hayan intentado socorrernos y no hayan podido, por equis o yé razón.

    Esta idea de impotencia relativa en una Deidad es nueva para muchos pero por encima de todo, Deidades incluidas, existen las complejas tramas que urden el Destino y eso es algo a lo que ninguna criatura puede escapar.

    El monopoliteísmo Druídico exige olvidar la tutela asfixiante Monoteísta para emprender el difícil camino del viaje en solitario.

    Es duro, pero reconfortante.

    Por último, quisiera decirles…

    Recordad que las Deidades no están aquí tan sólo para cumplir nuestras peticiones. Las ayudas llegan mejor a aquel que trabaja por conseguirlas pues aunque siempre están (no mentiré, no todos las Deidades son así, a muchos ni siquiera les llama la atención el interés humano), los Dioses escucharán con mayor atención a aquellos que les honran y comparten su Vida con ellos antes que a aquellos que solo llaman a su puerta para solicitarles una y otra vez,  su mediación.