Modernización del Ego

Comienzo a notarlo, no es un escalofrío. Se convierte en una tormenta interna.

Estruja y estremece.

Lotos que florecen sobre la piel escamada de viejas heridas y sus lodosas huellas.

Quiebra la cascara del cuerpo en trozos. Se convierte en jardín andante.

Transpolar a través de los cimientos del alma misma, en las laderas de la historia.

No se trata de una mutación ni es un germen invasor.

Corta y amasa. Transforma cada rincón hasta desconocer la forma misma.

Muta, hasta estar en la inopia sobre sí misma. Globaliza las formas del ideal.

Se reconoce y otorga mérito de un ser latente.

¿El que fue pasa a ser una inanición del alma?, ¿Acaso era el ocupante no legítimo que privaba el paso a la existencia hueca?

Anomalía y ambigüedad que corroe la aceptación.

¿Debe ser reconocido el primordial que fue en el pasado o el adaptable del ahora?

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