Cúmulo de por qués

Supongo que en algún momento de nuestra vida llega ese instante en el que nos preguntamos «¿por qué?», aún cuando puede que sospechemos la respuesta, como si pidiéramos a gritos por auxilio.

Un bocado de aliento que pueda volver a dar vida a nuestros pensamientos aturdidos por la duda, la intriga de las experiencias que nos presenta la existencia misma.

Lo más particular del asunto es cuando, a la hora de ser, aún en búsqueda de vivencias opuestas al pasado se repita la situación, resurja la duda. Y así, ya no es un simple ¿por qué?, sino un saco repleto de interrogantes sin respuesta, no porque no existan, sino por el hecho de que deseamos que se mantengan en incógnitas, debatiendo entre razones.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *