Oficialmente me suscribo en el grupo “Me tirria la esperanza”, para así dar click al entendimiento y poder ingresar a la realidad humana más obvia.
Simplemente la esperanza es ese veneno lucrativo, sucio y repugnante que surgió de la estúpida cajita de pandora, por no aprender a acatar instrucciones y que, por culpa de su insensatez, ahora los seres humanos tenemos que calarnos junto al remordimiento, la culpa y todas esas desfachateces.
Entre estas, la peor de todas, la esperanza, que obliga a la fe a creer en algo inaudito, inexistente, malo o refutable, que al final, muchas veces lo mínimo que hace es lastimarnos y lo peor que puede hacer es acabarnos, hundirnos.
La esperanza, contiene diferentes teorías dependiendo de a lo que esta respecta, pero, sin importar a donde se la mire, esta simplemente es lo mismo.
Claro, a no ser que lo observes en el aspecto matemático, donde según es “El valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad”.
La verdad, no entendía un bledo de lo que esto significa, pero luego de un análisis profundo, llegue a comprender que sea en religión, en ciencias o simple conocimiento mundano, es exactamente lo mismo.
Digo y cito, así como nos explica el diccionario de la real academia española: Es un estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
Sea creado por nosotros o por otros, este estado de ánimo, a final de cuentas, lo que logra es terminar por destruirnos, al hacernos perder de la realidad y creer que algo es posible cuando no lo es.
Claro, existe la fe, similar a esta pero no igual.
La fe es creer en algo, mantener un ánimo de que es posible lo que deseamos y de que le podemos realizar, sin nublar nuestro juicio ni alejarnos de la realidad.
Existe una pequeña línea invisible e indiscutible que divide entre Fe y Esperanza. Esta pequeña línea, diminuta, imperceptible a simple vista, es la que decide entre la locura y la cordura, entre la victoria o la derrota, entre lo que es y lo que no es.
Pero, con el tiempo, desde aquella cajita de los males, se transverso el significado, sufriendo una transformación hacia un aspecto más que todo religioso.
Terminó pasando a ser la creencia que un individuo le tiene a un algo, más que todo impuesto por una fama o autoridad; cuando en realidad, esta se refiere es al creer en algo con todas las fuerzas, pero sin alejarse de la visible realidad que el mundo plantea y, aun así permitiendo al individuo crear sus propios mundos con expectativas alternas o probables, pero realistas en cuanto a lo que el mundo se refiere, dando la posibilidad de vencer las barreras; a diferencia de la esperanza, que las vuelve invisibles, para así, cuando estamos ante estas, no solo impedir el paso sino derrumbar y mientras mayor sea la persistencia para atravesar, por no verla, más nos lastimamos.
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