¿Alguna vez te has detenido a observar, escuchar o siquiera intentar entender un poco el que ocurre dentro de las mentes de los otros?
Constantemente veo a las personas pasar de largo a los otros más allá de superfluas comparaciones absurdas con la idealización de sentirse superiores a base de la mediocridad ajena.
El mundo se torna en un caos tan abismal y abrupto, que no logras deducir cuando alzará ni cuando se hincará en tu espalda la colina.
Que conste, lo caótico a menudo es hermoso, desafiante y por sobretodo, tentador. Normalmente, es la resistencia a esa tentación, bajo el reconocimiento de lo que es realmente útil a la existencia personal individualista, lo que te hace reconocer tu propio espacio libre de escrúpulos que desequilibran los metódicos plazos establecidos.
Tu cuarto es de esos espacios que puedes reconocer como tuyos, como parte de tu identidad. Lo que le compone es un trozo indiscutible de tu existencia lejana de las miseras migajas que se esconden de ti esparcidas por el mundo.
Las personas dicen que al no salir nos aprisionamos, como en una tortura auto-impuesta… Pero no es así.
En ese pequeño trozo del mundo podemos buscar en nuestra alma, encontrarnos a nosotros mismos; resguardar los pensamientos y liberar las ideas. Es un espacio donde podemos gritar sin sentirnos mudos, luchar como héroes en nuestras propias contiendas, bailar el compás que nuestros pies exijan y soñar con lo que fue y será.
Esa supuesta prisión no se encuentra en una habitación sino en una idea. Un simple trozo de tu pensamiento que puede perseguirte hasta el fin de tu existencia. Una pequeña pieza rota del rompecabeza, que te hará sentir eternamente ese espacio vacío sin llenar, que solo puede encontrarse en tu rincón del mundo.
Normalmente, hasta el día de hoy las plataformas de streaming, para no decir únicamente Netflix, acostumbraban a hacer una recopilación de los mejores contenidos del séptimo arte (el cine), con la finalidad de revolucionar la forma en que consumimos las obras cinematográficas.
Si deseas saber el origen de Netflix y cómo fue su evolución, te recomiendo leer Los Comienzos de Netflix.
Ante la modernidad constante del espectador, franquicias como Netflix decidieron revolucionar la idea única del televisor y diversificar el alcance de contenido, con un plus de batallar la piratería de contenido que estaba representando enormes perdidas al mercado.
Así, notaron la rápida aceptación de las personas, quienes buscaban la comodidad y alcance del entretenimiento cuando y donde le necesiten.
Debido a este éxito, unido a la curiosidad de las posibilidades de expansión, se inició la producción autónoma de parte de Netflix (2013), la adquisición de productoras, compañías artísticas e incluso la posibilidad de que creadores independientes pudiesen tener un medio para dar a conocer sus obras.
Para entonces, guiados tan solo por un algoritmo único casi infalible creado por Netflix, encargado de estudiar al usuario según sus preferencias para entregarle el contenido acorde a sus gustos y una cartilla extensa que se iba haciendo más grande a medida que el proyecto iba adquiriendo mayor cantidad de contenido para distribución a aquellos que contratasen su servicio a precios mensuales accesibles a la media, terminó siendo un rival invencible para enormes compañías como HBO o Disney, quienes seguían estancados en la idea de la televisión por cable e ingresos basados en estrenos.
Por supuesto, esta amenaza de Netflix representó la necesidad de modernizar sus métodos, pero ahí me pregunto, a base de lo que representan empresas cómo HBO, identificados con slogans cómo «no es televisión, es HBO», «Simplemente lo mejor» o «Es más de lo que imaginaste, es HBO» especializados en la idea de que menos cantidad de productos representan posibilidad de calidad, ¿diversificar a la expansión de contenido para crear extensas cartillas no perjudicaría la calidad de su material, perdiendo lo que le hace únicos?
Aún así, mientras HBO sigue en la duda de si debería arriesgarse o no, Amazon y Disney se han adelantado al asunto, presentando proyectos a un futuro cercano que se supone derrocaran a Netflix de su trono.
Tal es el caso de Disney+, plataforma de streaming cual servicio de suscripción de transmisión de vídeo en línea operado por Disney Streaming Services (BAM Tech en el pasado) que promete incluir el contenido de Pixar, Marvel, Star Wars, National Geographic, las más destacadas franquicias de 20th Century Fox, y las más recordadas películas de Blue Sky Studios.
Aunque originalmente se supone será únicamente para USA y luego se expandirá según los resultados, se plantea un cambio que dice para el 12 de septiembre de éste año se presentará una versión de prueba y de acceso gratuito en Países Bajos.
Según los resultados obtenidos, según The Walt Disney Company, la versión definitiva tiene fecha de lanzamiento en España y otros países europeos para el 31 de marzo de 2020. En toda Latinoamérica (Excepto en Venezuela) se lanzará a finales de 2020.
Cabe resaltar, así cómo Disney se hizo con la adquisición de bestias del mercado cual 20th Century Fox y Pixar, también Netflix, Hulu (en parte propiedad de Netflix) y Amazon hicieron sus movidas que decidirán a un futuro quién ganará.
Si deseas saber más referente a ésta rivalidad, sus procesos y adquisiciones, te invito a ver mi vídeo de YouTube donde hablamos más profundamente referente al tema.
Dicho esto, la verdad es que a mi parecer, a la hora de hablar de streaming, no deberíamos limitarnos a los servicios de retransmición de video, difusoras o distribuidoras de la séptima arte.
Hoy en día, el mercado tiene una mayor diversificación, en la cual un gran número de consumidores suelen venir de plataformas de creadores independientes de contenido como serían Twitch, Youtube, Youku Mixer e incluso las plataformas streaming de Facebook.
Es de obviar que aún queda un gran camino por recorrer para las empresas de entretenimiento, avanzando entre pasos de rivalidad, modernización y ergonomía antes de decidir el orden que prevalecerá (temporalmente) ante la nueva era.
Y tú, ¿Cómo crees que será el futuro para las empresas de streaming como Netflix?
Considerando la definición de la
Real Academia Española “RAE”, como “Conjunto de factores internos o externos
que determinan en parte las acciones de una persona”, se puede llegar a un
concepto generalizado.
Los individuos, como seres razonables
y pensantes, tienden a discernir según su moral, personalidad, ambiente,
capacidades y carácter el que quieren o pueden en la vida. Siendo así, la
consideración de otros individuos es no solo oportuna, sino inevitable. De una
manera u otra, las personas son influenciables y su animidad y perseverancia se
encuentran bajo el predominio de las personas que le rodean.
Pero, esta necesidad de aprobación
y de admiración, no es solo externa sino que también proviene del interior del
ser humano. Cada individuo, tiene la capacidad del juicio. Y este, no escapa de
su propio yugo o pilar. Se hace uso de esta última frase, debido a que estas
influencias y empujes no siempre son positivos, y puede llevar a inspirarse a
asuntos que sean no éticos e inclusive moralmente incorrectos para uno mismo.
También, a parte, dichos juicios
pueden llevar a someterse en un vacío y falta de valor. O, pueden servir de
auxilio y sostén. Este elemento imprescindible, tampoco necesariamente debe
provenir de individuos o seres vivos. Puede conseguirse dicha inspiración en un
credo, en una música, un sentimiento, un sitio y ¡hasta un alimento!. Las
limitaciones no existen. Cada cabeza es un mundo y, con ello, una probabilidad
diferente de percibir la realidad y el que te motiva.
Entonces, podría considerar como un
sinónimo de influencia, inspiración, apoyo, direccionalidad e inclusive reputo.
Sea visto y utilizado de la forma que se considere, la motivación es un factor
que repercute indudablemente en la vida de las personas y de los conjuntos y
sociedades formadas por las mismas.
Normalmente, la motivación puede
venir impartida por un ente o individuo admirado por la persona particular. Los
padres, los artistas, los ídolos religiosos e incluso personajes de obra de
ficción. Es por ello, que en las empresas, donde se supone se desea el
resultado obtenido de los trabajadores sea optimo, se debe fomentar un aprecio
y admiración en los empleados. Algo que inspire a querer llegar a más y de esta
forma hacerles sentir motivados y gustosos de su emprendimiento y labor.
En conclusión, la motivación es una
de las claves para poder alcanzar el éxito, ser felices y sentirse completos.
Oficialmente me suscribo en el grupo “Me tirria la esperanza”, para así dar click al entendimiento y poder ingresar a la realidad humana más obvia.
Simplemente la esperanza es ese veneno lucrativo, sucio y repugnante que surgió de la estúpida cajita de pandora, por no aprender a acatar instrucciones y que, por culpa de su insensatez, ahora los seres humanos tenemos que calarnos junto al remordimiento, la culpa y todas esas desfachateces.
Entre estas, la peor de todas, la esperanza, que obliga a la fe a creer en algo inaudito, inexistente, malo o refutable, que al final, muchas veces lo mínimo que hace es lastimarnos y lo peor que puede hacer es acabarnos, hundirnos.
La esperanza, contiene diferentes teorías dependiendo de a lo que esta respecta, pero, sin importar a donde se la mire, esta simplemente es lo mismo.
Claro, a no ser que lo observes en el aspecto matemático, donde según es “El valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad”.
La verdad, no entendía un bledo de lo que esto significa, pero luego de un análisis profundo, llegue a comprender que sea en religión, en ciencias o simple conocimiento mundano, es exactamente lo mismo.
Digo y cito, así como nos explica el diccionario de la real academia española: Es un estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
Sea creado por nosotros o por otros, este estado de ánimo, a final de cuentas, lo que logra es terminar por destruirnos, al hacernos perder de la realidad y creer que algo es posible cuando no lo es.
Claro, existe la fe, similar a esta pero no igual.
La fe es creer en algo, mantener un ánimo de que es posible lo que deseamos y de que le podemos realizar, sin nublar nuestro juicio ni alejarnos de la realidad.
Existe una pequeña línea invisible e indiscutible que divide entre Fe y Esperanza. Esta pequeña línea, diminuta, imperceptible a simple vista, es la que decide entre la locura y la cordura, entre la victoria o la derrota, entre lo que es y lo que no es.
Pero, con el tiempo, desde aquella cajita de los males, se transverso el significado, sufriendo una transformación hacia un aspecto más que todo religioso.
Terminó pasando a ser la creencia que un individuo le tiene a un algo, más que todo impuesto por una fama o autoridad; cuando en realidad, esta se refiere es al creer en algo con todas las fuerzas, pero sin alejarse de la visible realidad que el mundo plantea y, aun así permitiendo al individuo crear sus propios mundos con expectativas alternas o probables, pero realistas en cuanto a lo que el mundo se refiere, dando la posibilidad de vencer las barreras; a diferencia de la esperanza, que las vuelve invisibles, para así, cuando estamos ante estas, no solo impedir el paso sino derrumbar y mientras mayor sea la persistencia para atravesar, por no verla, más nos lastimamos.
El que absorbas oxígeno en tus pulmones. El que tu corazón no se haya detenido, permitiendo que la sangre siga fluyendo por tus venas. Nada de eso significa que esta vivo necesariamente.
Si, significas que existes corporeamente, pero no significa que vives.
El concepto de la vida desde el comienzo ha sido muy abstracto y diverso, ya que cada quien tiene su propia idea del «vivir«.
En mi opinión puede haber «vivido» mas un niño de 10 años, que un anciano de 100.
No necesariamente siempre es así ni refuto que la sabiduria puede hacerla la experiencia… Pero no necesariamente todos esos años de vida hayan sido aprendidos, a mi parecer.
Por lo que me pregunto e indago aquí en mi sillón… ¿Ésto es cierto?, ¿Por qué?
Desde mi perspectiva, vivir significa hacer algo, dejar una marca. Aprovechar tus días, cumpliendo tu destino si tienes uno y si no, encontrar tu propósito y felicidad.
Hace poco conocí a un pequeño, que a la edad de solo 7 años ya había experimentado situaciones que la mayoría no ha vivido.
Sí. Hago énfasis en ello.
No solo estuvo de paso cómo cuando recorres los pasillos del supermercado.
Saboreó las facetas del hecho y aprendió de lo ocurrido. El día de hoy, es un niño de 7 años más hombre que muchas personas que he conocido.
Atreviéndome al descaro de hacer juicio, a pesar de mis muchos fallos.
Supuestos hombres, cronometrando los años encerrados en una cueva de almohadones.
Sin salir a explorar. No el que les rodea, sino el que se esconde dentro de quienes son ellos mismos.
Existen muchas formas de vida y maneras de encontrar tu camino. Esa peculiaridad es el privilegio que tenemos todos y cada uno, de lograr salir del laberinto y descubrir la pieza faltante del rompecabeza.