Falsas Temporalidades Modernas

Devastadora.

Si tuviera una palabra para describir lo que la humanidad refleja de su propia esencia sería devastación, incoherencia, ignorancia e hipocresía.

Objetivos andantes, pensamientos fugaces. Cada vez pesa más lo que corre en las venas y en menor la atención que cargan las almas a este peso, omnipresente en las acciones de cada individuo.

¿Siquiera sabes quién eres tú?

Estructuran un idealismo absurdo y equívoco de la individualidad, en una desesperación obtusa por representar la idea de lo único como tangible, haciendo caso omiso a lo que la singular exclusividad simboliza.

Las lágrimas se han vuelto cual petróleo, duales entre esencias aromáticas y azufre, viscosas y mullidas. Las sonrisas escandalosas y aturdidas, repletas de agujas que revelan escrúpulos adheridos a verdades incomprendidas y enterradas, bajo el manto de ideales figurados en pixeles.

Pareciera que descubrieran que en realidad el tiempo se trenza y enmaraña, volviéndose uno el futuro y pasado, mientras ahogan sin piedad el presente, suplicante de un leve aliento, ante la idea de ser ignorado.

Pero es ignorado, no olvidado. Conmemorado en cada hecho irreverente o sin pretexto, ante la lógica absurda y superflua de existir sin percepción del antes o después, cual hipócritas absurdos que encapsulan pensamientos y momentos en barajas listas para el próximo duelo.

Recalco, lo iluso está en el hecho de la contradicción de las acciones, no en la idea de vivir en el ahora.

Más mi duda se subraya sola ante el hecho de, ¿si viviesen de tal manera, podría haber un «ahora» si se agotaran los mañanas, considerando terminaran de enterrar el supuesto ayer?

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *