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  • Palabras a sí misma #1

    Palabras a sí misma #1

    ¿Qué es lo que de verdad quieres en la vida, pequeña?, dice una voz a las anchas. Sus ojos cristalinos reflejan el vacío que yace frente a sus narices.

    ¿Qué es lo que de verdad quiero, he de saber?

    Un vacío se refleja, pues es un vacío lo que se esconde alrededor de su cuerpo, percibiendo voces ahora ya perdidas.

    No hay respuesta a la pregunta, cual no hay dueño de las palabras pronunciadas.

    Si aquel vacío estuviese lleno, y fuese suya la potestad de erguir un nuevo mundo, ¿podría discernir que pertenecería a lo nuevo y que debería permanecer en el vacío?

  • ENSAYO: CI SEGÚN LEY DE MOORE

    ENSAYO: CI SEGÚN LEY DE MOORE

    Los circuitos únicos, también llamados Chip o CI, se pueden ubicar en el amplio sector tecnológico en un sinfín de aplicaciones, más contrario de lo que parece a simple vista, estos no son un componente único sino un conjunto de varios elementos complejos que han ido evolucionando a la par de la inclusión de la nueva tecnología y, es referente a esos elementos que se encuentran debajo de la carcasa visible, específicamente los Microprocesadores y Microcontroladores, junto con el impacto que han producido en el ahora, que voy a profundizar en este ensayo.

    En la era actual, la tecnología no solo está idealizada sino que es absolutamente visible el cómo se ha vuelto “indispensable” y presente en la mayoría de las acciones que realizamos.

    A medida que pasa el tiempo, las necesidades que se insinúa debe cubrir son cada vez mayores, requiriendo que la tecnología evolucione para poder cumplir con las exigencias y satisfacer al ser humano.

    Para poder lograr dicha evolución, no solamente debe progresar el enfoque del aparato sino también los componentes electrónicos que permiten su funcionamiento de forma óptima.

    Cómo se dijo anteriormente, la mayoría de dispositivos contienen chips cumpliendo labor. En estos, es crucial que en su interior existan microcontroladores o microprocesadores, cuál hipófisis en el cuerpo humano.

    Esto se debe a que sustituyen circuitos que solían estar compuestos por una gran cantidad de componentes lógicos, de tal manera que la lógica del dispositivo y todos los elementos importantes se encuentren agrupados de forma ordenada en un solo sitio, en este caso, el chip.

    Entonces, podríamos deducir que la humanidad actual se ha adaptado a tal punto a la tecnología de la nueva era que para la mayoría, puede resultar obsoleto e incomprensible el uso de aparatos de hace apenas una década. Igualmente ocurre al momento del ensamblaje y programación de cualquier dispositivo, de aquí la necesidad de la obsolescencia programada.

    Más allá del comercio y consumismo masivo, es una manera de empujar o mejor dicho, obligar a la persona a avanzar para alcanzar lo más posible a la veloz tecnología.

    Clasificación de Obsolencia

    Según Vance Packard en su libro “The Waste Makers”, no es suficiente con deducir un aproximado de caducidad o de punto considerable a inútil para el aparato, sino que se clasifican en tres:

    • Obsolescencia incorporada
    • Obsolescencia psicológica
    • Obsolescencia tecnológica.

    En el caso de la Obsolescencia incorporada, viene siendo el que viene programado para fallar en un determinado momento.

    Luego, está la psicológica, la cual actúa en función a las emociones y los medios, con el fin de generar la sensación de una necesidad de supuesta mejora, para lograr una adaptabilidad social y satisfacción personal.

    Por último, está la Obsolescencia tecnológica. Ésta viene siendo justamente de lo que hablábamos en un principio. Según Packard, suele consistir en que “el resto del ecosistema sobre el que trabaja un aparato se hace obsoleto y por ello ya no puede desempeñar sus funciones aunque opere correctamente”.

    ¿Por qué debe cambiar a un nuevo equipo?

    Para empezar, no nos olvidemos de la Ley de Moore, la cual expresa que aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado, luego siendo muy fácil quedarse atrás en cuanto a potencia.

    O también, la ley que dice que cuanto más potente es un ordenador más se usa su potencia. Igual pasa con el espacio de almacenamiento.

    Obligatoriamente se debe cambiar de dispositivo en un plazo máximo de 3 años, dado que los fabricantes suelen dar soporte llegada la fecha, para incentivar a la adquisición de un nuevo dispositivo.

    Según las estadísticas dadas en el reportaje del portal especializado Marketwatch

    De aquí, que el portal Andro4fall hiciera una lista de razones indiscutibles del por qué se debe cambiar de dispositivos, más aún en el caso de computadores y celulares, en ese plazo de tiempo.

    Las razones eran las siguientes:

    • Algún fallo de hardware demasiado caro de reparar
    • Fin del ciclo de actualizaciones del dispositivo
    • Problemas de software
    • Desgaste excesivo del terminal por el paso del tiempo
    • Alguna oferta irrechazable por un mejor terminal

    En el caso de otros dispositivos, cómo vienen siendo los televisores, los expertos confirman que un televisor moderno puede ofrecer hasta 100.000 horas de uso antes de perder el brillo en su pantalla. Igual ocurre con muchos otros electrodomésticos.

    Dejando los rodeos, es indiscutible que la tecnología debe evolucionar constantemente y en efecto, lo hace.

    La evolución del descubrimiento de Moore

    Aunque es de obviar que Moore sigue a la cabeza en el tema de los chips, la evolución de los mismos demuestra no solo su necesidad sino la velocidad de adaptación de los dispositivos a medida que el tiempo avanza.

    Fue apenas en la década de los 70, cuando Moore hizo la predicción del cómo sería la tecnología, abriendo puertas a los procesadores los cuales en ese entonces alojaban 2300 transistores con una tecnología de fabricación a una escala de millonésimas de segundo.

    Apenas 5 años más tarde, ¡los transistores encapsulados llegaban a nada menos que 6500! Hasta la escala se había reducido un tercio.

    Pero, fue a partir del Intel 385 que se empezó a conocer de la nanotecnología y los indicios de la nueva era tecnológica. Ni pensar que apenas en el 58 Kilby y Noyce daban con la invención del Circuito Integrado, para luego abrirse paso hasta los avances del hoy en día, que muy pronto serán considerados obsoletos.

    Según Moore, “todo fenómeno que crece exponencialmente tiene necesariamente un límite” y es en este límite, que resurge una nueva evolución.

    La incorporación de cada vez mayor número de transistores en un chip de un tamaño de muy pocos centímetros cuadrados, lleva aparejado reducir las dimensiones de cada transistor a unos valores asombrosamente reducidos. Y así, urge la necesidad de programas cada vez más complejos.

    Contrario al pasado, “aumentar de manera tan descomunal en número de transistores en un CI ha sido posible gracias al gran desarrollo que ha experimentado su proceso de fabricación; la tecnología microelectrónica ha incorporado procedimientos que recuerdan parcialmente a la fabricación en cadena de los automóviles, de manera que sobre una única oblea semiconductora de silicio, se replican simultáneamente un gran número del mismo circuito completo. Este procedimiento consiste en esencia en la impresión de múltiples patrones geométricos en la superficie del silicio, que permiten definir cada uno de los dispositivos que lo integran, seguido de un depósito selectivo de diversos materiales aislantes y conductores, para interconectar adecuadamente entre sí los distintos componentes del CI, pasos que se repiten sucesivamente gran número de veces hasta completar el CI”.

    Cómo puede entenderse, hace referencia a un proceso meticuloso que requiere de mentes expertas y elementos muy específicos según el uso del Chip, el cual según Melissa Schilling en su libro “Gestión Estratégica de Innovación Tecnológica”, nos indica que siendo así cada vez más potentes llegará un momento donde no será útil siquiera la fotolitografía.

    Comprendida la importancia de los elementos que le conforman, cómo las partes del cerebro componen el poder de la mente, es lógico que exista un eje encargado de dar la lógica y sentido a todo el asunto. Del cual sea su eje, depende el tipo de chip.

    Existen dos casos que son los más utilizados. Los Microprocesadores y los Microcontroladores.

    Microprocesador Vs Microcontrolador

    Por su lado, el Microprocesador es el CPU de la computadora. Según EcuRed, “es un circuito microscópico constituido por millones de transistores integrados en una única pieza plana de poco espesor. El microprocesador (micro) se encarga de realizar todas las operaciones de cálculo y de controlar lo que pasa en la computadora recibiendo información y dando órdenes para que los demás elementos trabajen”.

    Lo cual, si lo analizamos, puede interpretarse como el cerebro que gestiona toda la funcionabilidad.

    Éste actúa desde el momento en que enciendes el computador, el cual procesa la información basada en binario. Las operaciones más comunes incluyen sumar, restar, multiplicar y extraer los números diferentes para procesar las sumas.

    Cuanto mayor sea la velocidad de reloj del CPU, más eficiente será tu equipo. Las computadoras con velocidades de reloj más bajas tardan más en procesar los datos.

    Por otro lado, el Microcontrolador según el Axelson, “es un circuito integrado o chip que incluye en su interior las tres unidades funcionales de una computadora: CPU, Memoria y Unidades de E/S, es decir, se trata de un computador completo en un solo circuito integrado”.

    Es decir, es una computadora en un chip que controla objetos, procesos o eventos. Cualquier cosa que almacena, controle, calcule o muestra información probablemente tiene un microcontrolador en ésta.

    A diferencia del microprocesador, que requiere otros componentes como la memoria para trabajar, el microcontrolador es una computadora por sí mismo y se utiliza en sistemas más pequeños.

    Entonces, a principal diferencia entre un microcontrolador y un microprocesador es cuestión de escala. Usualmente un microcontrolador está programado para una tarea específica y suele hacerla sin mayor intervención humano. Sin embargo, una computadora general puede encargarse de una amplia variedad de trabajos.

    En conclusión, todo indica que la Ley de Moore está llegando a su final, debido a la imposibilidad física de construir transistores más pequeños que los actuales; pero esto no significa que el progreso en los Circuitos Únicos se vaya a detener, sino que será aún más matizada y compleja.


    REFERENCIAS

    IT Library: Microprocesadores

    «The Microcontroller Idea Book»; Jan Axelson; 1994

    “Strategic Management of Technological Innovation”; Melissa Schilling; 1990

    “The Waste Makers”; Vance Packard; 1960

    Moore’s Law: Documento interno; Gordon Moore; 1965

    “The Microcontroller Idea Book: Circuits, Programs and Applications Featuring the 8052-BASIC Single-chip Computer”; Jan Axelson; 1997

  • Siendo un auto-estorbo

    Siendo un auto-estorbo

    Cuantas veces nos hemos detenido y entorpecido el camino buscando razones, motivos y culpables…

    No sé ustedes, pero yo podría decir que he perdido la cuenta. Más que por ser cierto, para que fuese aún mayor el vínculo a la historia.

    Pero no. El interés por esas absurdas hipocresías en búsqueda de enganchar en el melodrama expresado lo dejaré para otro artículo.

    Que bazofia mundana podemos ser muchas veces, enmascarados ante la supuesta ignorancia del hecho. No es que no lo sepamos, es que simplemente decidimos no saber. Muchas veces, cómo un acto inconciente, una coraza que nos proteje o simplemente por existir en modo automático.

    No digo que esto esté bien o esté mal. Eso lo dejo a la moral de cada quien. Allá tu si lo ves así o no. Tan solo estoy diciendo aquello que muchas veces podría haberme sido útil decirme a mi misma, pero que no lo hice porque no tenía las agallas o siquiera el saber de ello.

    Y les seré sincera, ser una bazofia mundana tiene sus lados positivos. Somos humanos, no entes purificados en la cima del Monte Kailash o iluminados del Tantraloka. Mis respetos, si quien lee esto se encuentra entre los dichosos de alcanzar tal logro. Bien sabemos, si ha de ser el caso, que se comprenderá el contexto del asunto hablado, entendiendo va más allá de la idea de lo espiritual y lo mundano. Se entendería entonces, que se requiere un equilibrio y fácilmente se puede tener un lazo inquebrantable con lo etérico sin perder la chispa de las maravillas terrenales.

    O quizás no, que se yo. Solo sé que en este momento mis intereses por indagar y escudriñar entre temas esotéricos y filosóficos son nulos.

    ¡Ja! ¿Se imaginan? La yo del pasado se jactaría de refregarme la frase previa en el rostro y en extrema cortesía abofetearme con la realidad de lo ahí expresado.

    «Solo léete y entérate de que eso no será así ni siquiera bajo orden de tu mismo Yo». Puedo escucharme en mi cabeza diciéndolo. Bueno, es que en efecto lo estoy haciendo, por lo que es una ironía redundante.

    Yendo al grano, que sino no habrá semilla nueva.

    En estos días he andado en esas donde parece que todo a tu alrededor te asfixia y agobia entre actos que no se agotan siquiera tras telón, en una obra sin pausa. Quien me conoce sabe, mi eterna frase es que siempre debemos conservar una mente positiva.

    Aún lo creo así. No estoy diciendo que no haya un algo hermoso detrás de todo, sino que al contrario, es así. Pero, nosotros mismos nos enjaulamos en estupideces que excusan el atrevernos a ver lo hermoso por temor, duda, comodidad o el sinfín de razones que podrían haber, que nos hacen sentir que es correcto ir al camino fácil de generar una socapa a nuestra falta de osadía.

    Sí, osadía. Pues les diré un secreto. No hay nada más difícil que permitirte a ti mismo ser y ver el mundo en sus mejores facetas.

    ¿No me crees? Entonces inténtalo.

    Asimilar cómo cada minuto, cada circunstancia aunque golpee, rompa y grite, por más injusto e indebido que sea, puede tener un algo positivo, si se le percibe y enfoca de la manera «correcta».

    Y que conste, eso no significa que porque pueda tener una utilidad positiva o verse desde un ángulo prometedor, implique que dichas atrocidades sean gratas y justas.

    No se debe confundir el caos hermoso y necesario para un equilibrio existencial con las injusticias y atrocidades infundamentadas.

    Por lo que, volviendo al versículo de mi registro existencial, estos días con su extremo dilema y notorio escrutinio de los Dioses junto al universo mismo por ver quien vencería entre Yo y la Adversidad (lo sé, que egolatría la mía), terminamos en una encrucijada de esas donde hemos traspasado la neblina y cruzado la marca de meta en la carrera, pero hemos seguido avanzando a marcha larga, sin fijarnos siquiera quien ha ganado…

    Y es que al final del asunto, ¿acaso dicho reconocimiento haría alguna diferencia?

  • Pensamientos de una Hikikomori Occidental

    Pensamientos de una Hikikomori Occidental

    ¿Alguna vez te has detenido a observar, escuchar o siquiera intentar entender un poco el que ocurre dentro de las mentes de los otros?

    Constantemente veo a las personas pasar de largo a los otros más allá de superfluas comparaciones absurdas con la idealización de sentirse superiores a base de la mediocridad ajena.

    El mundo se torna en un caos tan abismal y abrupto, que no logras deducir cuando alzará ni cuando se hincará en tu espalda la colina.

    Que conste, lo caótico a menudo es hermoso, desafiante y por sobretodo, tentador. Normalmente, es la resistencia a esa tentación, bajo el reconocimiento de lo que es realmente útil a la existencia personal individualista, lo que te hace reconocer tu propio espacio libre de escrúpulos que desequilibran los metódicos plazos establecidos.

    Tu cuarto es de esos espacios que puedes reconocer como tuyos, como parte de tu identidad. Lo que le compone es un trozo indiscutible de tu existencia lejana de las miseras migajas que se esconden de ti esparcidas por el mundo.

    Las personas dicen que al no salir nos aprisionamos, como en una tortura auto-impuesta… Pero no es así.

    En ese pequeño trozo del mundo podemos buscar en nuestra alma, encontrarnos a nosotros mismos; resguardar los pensamientos y liberar las ideas. Es un espacio donde podemos gritar sin sentirnos mudos, luchar como héroes en nuestras propias contiendas, bailar el compás que nuestros pies exijan y soñar con lo que fue y será.

    Esa supuesta prisión no se encuentra en una habitación sino en una idea. Un simple trozo de tu pensamiento que puede perseguirte hasta el fin de tu existencia. Una pequeña pieza rota del rompecabeza, que te hará sentir eternamente ese espacio vacío sin llenar, que solo puede encontrarse en tu rincón del mundo.

  • Desconocidos en las entrañas

    Desconocidos en las entrañas

    Hoy me encuentro cautiva ante la idea de lo que un completo extraño puede impactar en la existencia.

    Una simple frase, una leve ausencia de aquello que empezabas a querer reconocer como símbolo de pertenencia y eso es todo, has caído.

    De pronto, pasa a ser un algo absoluto. Tan yacente en tu vida, que tu propia presencia podría ser considerada en segundo plano.

    Suena loco, ¿cierto?

    Pero tiene un sentido, una razón, una coherencia entre hechos. Al menos eso me digo a mi misma.

    Darle tanto poder a algo ajeno y sin fundamentos sería iluso. Pero una acción ilusa respaldada es un algo aceptado que se suele disfrazar en una negación de lo que es realmente. Un engaño a uno mismo tan ingenuo que seduce las entrañas al punto de entrelazar hilos de fantasía.

    Y ahí, en esa región finita de caótica cautela y añoranza que atrae cual gravedad tus pensamientos en vuelo hasta la idea de esa representación «desconocida», cual un agujero negro supermasivo que te captura dentro de sus hiedras hasta convertirse en un solo ser…

    Ahí, en ese punto diminuto y finito que parece inagotable es que te reconoces y con ello, reconoces por necesidad de facto, no de iure, que necesitas conocerle.